vendredi, 14 juillet 2023 08:47

La pareja y el psicoanálisis :¿Un buen entendimiento?

El C.C.A.F. organiza jornadas de estudio:
La pareja y el psicoanálisis
¿Un buen entendimiento?

07-08 octubre 2023, París

 

Convocatoria de ponencias
Estimados colegas,
El CCAF desea invitarles a intervenir en el congreso.
Además del nombre del autor y del título, sus propuestas deberán incluir un resumen de la ponencia que se va a presentar (resumen de 2.500 caracteres como máximo en francés, español, inglés, árabe o italiano).

Las propuestas de ponencias deberán enviarse antes del 30 de julio de 2023.
A la siguiente dirección: Cette adresse e-mail est protégée contre les robots spammeurs. Vous devez activer le JavaScript pour la visualiser.
A continuación encontrará un argumento y una serie de preguntas para orientar las contribuciones y sentar las bases del debate.
La intervención del zoom es posible

Argumento
¿Una buena armonía ?

"La pareja, me da asco", diría Zazie todavía hoy.
Y el psicoanálisis, en los albores de su discurso, nunca dejó de perseguir esta ilusión tenaz de los crédulos enamorados, al descubrir que la transferencia explicaba toda la maravilla, al ser aquello de lo que no se podía prescindir para lanzarse a la locura de una cura por la palabra, pero cuyos efectos luego había que aprender a reducir a toda costa, para hacer de ella el objeto mismo del análisis, la única fuerza capaz de disolverla.
El psicoanalista -¡y él además lo sabe!- trabaja entonces para destruir y reducir la ilusión que produce, pero que utiliza para relanzar la búsqueda del saber. ¿Y qué saber? Esencialmente hasta hoy mismo: ¿enterarse de hasta dónde y por qué fue necesario que se forme una pareja y que se mantenga unida durante un tiempo, para dar nacimiento al sujeto que soy, que luego irá a pedir un psicoanálisis, en caso de que necesite recuperarse de la pareja de sus padres; y para tener finalmente la fuerza de retomar a su vez un emparejamiento?
Así pues, ¡la pescadilla que se muerde la cola! A menos que nuestro discurso se empeñe finalmente en tomar como objeto la realidad dual de esta pareja, para ordenar sus categorías: desde la díada que es intrínsecamente el sujeto mismo, la primera pareja condenada a unificarse, identificándose con su voz o su imagen, que le son inicialmente tan extrañas como el cuerpo del otro que lo engendró, hasta la pareja sexual y binaria de la que surgió y que logró sacarlo de su dependencia de prematuro, y finalmente a esta otra pareja, que no debe ser una repetición pura y simple de la anterior, y en la que el amor y el deseo deberán diferenciarse, si no quieren destruirse mutuamente.
Pero estas tres formas de pareja no se manifiestan en sus diferencias, llevándose incluso hasta la incompatibilidad, sino cuando surgió en la historia de nuestra civilización la necesidad de inventar esta cuarta pareja, formada por un psicoanalista y su analizante, que, para reencontrar o alcanzar la armonía, nos lleva a pensar que hay que renunciar al diálogo y conformarse con la no reciprocidad. Porque, si uno tiene que decir lo que tiene guardado en su corazón, lo que es la única manera que se tiene para desenredarse del inconsciente, ¿no vale mejor decírselo a alguien desconocido o desconocida?
Jacques NASSIF

A partir de este argumento, hemos formulado las siguientes preguntas como posibles temas para las ponencias y los debates:
1) La pareja, hoy en día ¿cuáles son sus oportunidades?
2) El amor ¿está sin remedio que se reduzca al amor de transferencia?
3) ¿Es la maternidad responsabilidad exclusiva de la mujer? ¿Y por qué el principal objetivo de una pareja es tener hijos? ¿O es que los niños necesitan realmente una pareja parental para nacer y llegar a ser autónomos algún día? ¿O debemos condenar necesariamente a las familias monoparentales, y por qué motivos?
4) ¿Las peticiones de análisis hoy en día siguen siendo, y siempre, para recuperarse de una pareja parental demasiado unida o divorciada? ¿O para encontrar la manera de volver a estar juntos como pareja, de hacer algo diferente?
5) Hay una pareja, antes de la pareja, la del sujeto con su imagen especular, condenándolo a un narcisismo fundador, luego mortificante, y otra, aún más arcaica, la del locutor que tiene que pasar por la voz que le pertenece oída como la de otro. ¿Qué impacto tienen estas parejas nunca estabilizadas en las parejas en formación?
6) ¿Qué podemos hacer hoy para alejarnos de la "degradación de la vida amorosa" descubierta por Freud en 1905, pero que sigue haciendo que el deseo sea peligroso para el amor?
7) ¿Cómo funciona aún hoy la relación del analizado con su analista, si éste no logra que el analizado admita que rechaza el diálogo y no hace promesas? ¿Y cuál es exactamente su finalidad, o cómo puede desligarse, si realmente sirve para algo?

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